domingo, 14 de septiembre de 2014

Consigna de Microcuentos, antu camilo cabrera

La caja

Sus manos lo sujetaban, sus dedos estaban  ansiosos, se amarraban a los cabezales laterales. Rodeaban toda la cuadrada superficie, abrazaban a los troquelabas, los forzaban cínicamente. Sus ojos se despegaban .Desosiegos  de deseo se marchitaban por observar. Sus meniques se volvían garras que sujetaban brutalmente las aristas, violentando a la lengüeta y despedazando los bordes. Un grito de horror penetró en el aire, la caja estaba vacía.

La fuga

 Intentó desprenderse  pero la soga permanecía allí. Un cielo pálido y monótono  se erguía frente a sus cuerpos. La luminiscencia del día se fugaba como un prófugo extinto. El represor lo miraba fijamente y esperaba el momento justo. Las estrellas se empinaban como cuajares de puntos. El cuerpo comenzó a caer, inmerso en lo profundo del crepúsculo, se alejó rápidamente. No se escuchó ningún impacto.

caballo regalado no le mires los dientes

 La casa lucía esplendida, rodeada de globos y llena de vida. Se sentía disconforme, miraba con despreció. Todo le generaba  rechazo, nada era digno de su presencia. Detrás de la madera estaba su regalo. Imaginó  enormes castillos erguidos sobre sus sueños infantiles, princesas en majestosos carruajes deslumbrando belleza y pulcritud. Escuchó un agudo relincho, giró la cabeza y sus ojos se encontraron con dos enormes orbitas cargadas de pánico que lo observaban fríamente. Una vieja yegua sin dientes que apenas podía mantenerse en pie, yacía frente a su cuerpo.



                                         

1 comentario: