¿Por qué
elegí el libro? ¿Qué expectativas me despierta?
Lo elegí
porque de los libros para elegir, me parecía que era el único del cual no sabía
de qué se trataba, ya que el titulo no me lo explicaba, y eso me gustó, me gustó
la idea de sorprenderme y entrar de lleno con la lectura sin tener
recomendaciones, comentarios, o adelantos del libro.
Además, me
interesan mucho los libros ambientados a la época de la última dictadura
militar argentina, dan una mirada distinta a cualquier libro de historia. Espero encontrarme con una
historia, que además de contarme algo sobre la historia, me deje reflexionando.
Porque al fin y al cabo, la historia se sabe, por otros medios, pero el “sentir”
solo te lo puede dar la literatura.
Lunes 16/11
Busqué el
libro en distintas ferias todo el fin de semana, pero no lo encontré, así que
tuve que comprarlo fotocopiado en el colegio. Nunca me gustó la idea de tener
un libro fotocopiado, me gusta tenerlo físicamente, como un libro. La idea de
la fotocopia me recuerda al colegio, a un apunte, a lo monótono, a lo cerrado.
Para mi tener al libro, es ambientar el momento, en cambio la fotocopia, no le
da personalidad.
En fin, hoy,
no leí más que el título, que me dejo pensando, “pichiciegos”, supongo que será algo o alguien ciego, literalmente
o no. Sin embargo no se a qué se refiere el prefijo “pichi”.
Martes 17/11
Con la
lluvia cayendo sobre mi ventana y dejando pequeñas gotitas además de un suave
ruido, me serví café como todas las tardes, me preparé una pequeña agenda de
páginas blancas sin renglones y una birome para escribir lo que sienta
necesario en el momento, y comencé a leer el primer capítulo.
Van las
primeras dos páginas y no logro situarme en espacio, tampoco el narrador, ni
quien eran los personajes, pero el espacio me parecía un saber necesario. A
partir de la cuarta página comencé a entender el espacio, el lugar y el tiempo,
todo junto al mismo tiempo, la guerra de Malvinas de 1982.
¿Quién es “Él”? , ¿Por qué habría de nombrar el
narrador a un personaje Como “Él”? supongo
que es alguien importante, alguien a quien quizás no se puede nombrar. Solo sé
que es parte de “Los reyes magos”.
¿Por qué se llamarían así? .Son una especie de líderes, antes estaban El Sargento y Viterbo, El Turco y El Ingeniero, pero luego de la muerte de los dos primeros, quedaron, El Turco, El Ingeniero, el primo de Viterbo ("El Gallo") y Él.
“la pichicera” es el lugar donde viven los pichis,
llamado también “El lugar”. Igualmente sigo sin saber que es un pichi.
Ya en el segundo
capítulo, los relatos que el narrador cuenta me hacen entrar en la historia, me
hace imaginarme el lugar, los personajes, el clima, el paisaje. Al leer por
primera vez, el relato sobre los estruendos, las vibraciones de las bombas, las
escucho. “el bombardeo seguido asusta” dice
la página 26.
-“¡Con que ganas me comería un
pichiciego! –dijo el santiagueño.”
Y a todos les produjo risa porque
nadie sabía qué era un pichiciego.
“-El pichi es un bicho que vive abajo
de la tierra. Hace cuevas. Tiene cáscara dura –una caparazón- y no ve. Anda de noche. Vos lo agarrás, lo das
vuelta, y nunca sabe enderezarse, se queda pataleando panza arriba. ¡Es rico,
más rico que la vizcacha!”.
Y supe por
fin, qué era un pichi. Sin embargo sigo sin saber quién es el narrador, y quién
es “Él”.
fríos - heridos
helados - muertos
fríos - heridos
helados - muertos
Me sorprende
la idea de cómo pasa el tiempo, de cómo el cigarro es fundamental en sus vidas,
a veces más que las comidas. Siento la historia bastante propia al leer como
cuentan historias de sus provincias, y cómo se asombran de las palabras y
tonadas de cada uno, las distintas formas de ver las cosas y de expresarse que
tiene un mismo país.
Comienzo el
tercer capítulo, a uno de los personajes le dicen: Galtieri, fuerte.
Siguen
asombrándome los relatos, los siento, los compadezco, la idea de usar el agua
de nieve para tomar, y sus consecuencias, me impactan. El libro deja marcada la diferencia entre la
pichicera y el campamento británico.
“Pasando un
tiempo en el calor, el hombre aguanta más el frío” dice la página 35.
Me pareció
importante lo que dice en un momento un jefe británico, que “La Argentina
necesitaba prosperar porque era un gran país, y debía ocuparse de prosperar”.
El uso de
los verbos, me hace cierto ruido, “durmás”, “murás”.
Miércoles 18/11
Cinco de la
tarde, relajada en la cama, agarro el libro y con lo que queda de sol
alumbrando mi ventana, comienzo el cuarto capítulo,
Cuando se
cuestiona a Videla, dicen “estás mamado”,
hablan de como mataba a las personas, me
pareció extraño la forma casi normal de hablar del tema, “los tiraban al río desde aviones” dice la página 50.
Descubrí por
que le decían Galtieri a uno de los soldados, era porque “El también creía que íbamos a ganar”. Los soldados eran muy
realistas, sabían a quienes se enfrentaban y cómo seguramente terminaría todo.
“Nunca más va a haber elecciones aquí”
dice la página 54 y me estremezco.
Después de
la cena, volví a leer un poco más, en mi agenda tengo muchas citas del libro,
quizás demasiadas, pero para mí importante, como “El pichi guarda, agranda y aguanta”.
“-¿Y a vos qué te gustaría que pasara?
-Que gane la Argentina.”
Ya
terminando el octavo capítulo, sigo sin saber quién es el narrador, puedo saber
a dónde pertenece, sé que es un narrador testigo, que es parte del grupo, pero no
sé de qué manera, si alguien importante, o algún soldado más. Y por más que lo
piense, y especule, sigo sin saber quién es “Él”, y por qué el
narrador habría de esconderlo bajo ese nombre.
A su vez también me sorprende la relación de los británicos con los argentinos, para pasarse las cosas necesarias, a cambio de otras, pero se juntaban al fin y al cabo.
A su vez también me sorprende la relación de los británicos con los argentinos, para pasarse las cosas necesarias, a cambio de otras, pero se juntaban al fin y al cabo.
Los
soldados, como dije antes, eran bastante negativos pero a la vez realistas, “Se hablaba de los pichis, que según ellos
eran muertos que vivían abajo de la tierra, cosa que a fin de cuentas era medio
verdad”.
Otra imagen impactante
que da el relato con las palabras, cuando dice que por asco a tocar la ropa de
los soldados caídos buscando la identificación, se decía el nombre de algún soldado
que faltaba en el momento. A su vez, la idea del abuso de poder de un jefe
británico a un soldado argentino, me da asco y rabia. “Esas cosas de la cabeza, en una vida, no se borran así nomás”, dice
la página 83.
Terminé el octavo capítulo, sin embargo no
entiendo porque comienza por el capítulo número 1 de nuevo, es decir, se divide
en 8 y 8. Esta primera parte me dejo muchas imágenes impactantes en la cabeza y
frases importantes. Ciertos relatos me hacen acordar a documentales vistos
sobre Malvinas. A su vez, la lectura me recuerda a la de la novela histórica “La
tierra del fuego” de Sylvia Iparaguirre.
Jueves 19/11
Hoy fue la
última clase de literatura de toda la secundaria, y de toda mi vida supongo.
Fue impactante saberlo y tener que asumirlo, pero bueno, sigo con la lectura
del libro. Entre sábanas desordenadas producto de una siesta, agarré el libro,
y comencé,
Ya en el
segundo capítulo, el narrador “anota y
sabe”, no sé qué es lo que anota, quizás conversaciones de todos, de algunos,
cosas importantes, como lo estoy haciendo yo ahora en mi agenda, ¿y qué cosas
sabe?, eso no lo sé.
“-Fechas, cuentos, caras y voces y
nombres de los que se fueron: todo se olvida”
“¿Querés decir que la memoria depende
de los que mandan, o de lo que te mandan los que mandan?”. Esta frase me llevó a la actualidad,
me pareció una pregunta que se traslada a través del tiempo, hasta hoy.
Hablan del
miedo, y veo que tienen definiciones muy bien armadas sobre eso, el vivirlo,
les hizo sentirlo y filosofar en cierta manera acerca de qué es el miedo. “El miedo no es igual, el miedo cambia. Hay
miedos y miedos”, “Hay dos miedos: el miedo a algo, y el miedo al miedo”, “Uno
carga su miedo y espera que venga el otro”.
En el tercer
capítulo, me siento en el lugar, cada vez que describe el espacio, el paisaje,
el clima, los sentimientos, lo que genera en el cuerpo, sus colores y emociones.
“La gran
atracción” hace olvidar la guerra por un rato, sin saber que siguen estando en
esa guerra, “Esas cosas increíbles que
pasan en la guerra de mierda”, dicen.
Viernes 20/11
Son las 11
de la mañana, hoy pienso terminar el libro, tengo bastante tiempo y el sol
ilumina por suerte.
Comienzo el
cuarto capítulo, habla un poco más de “Él”,
y dice que le gusta cambiar, juntar, hacer que agranden los lugares y
mandar, pero para eso necesito la guerra, para poder mandar. Se vuelve a
relacionar con el miedo, “El miedo suelta
el instinto que cada uno lleva dentro”, “a
Él le despertó el instinto de amontonar las cosas y de cambiar, y de mandar”, “Es
el miedo el que está atrás mandándote, cambiándote”, “Todo era consecuencia del
miedo”.
Se vuelve a
comparar el estado de los pichis, que
tenían: “La barba crecida, los ojos secos
y muy hundidos, el pelo duro como un cuero arriba de la cabeza y los pómulos
rojos” con los soldados ingleses, “Que
siempre andaban con la carita lisa y las ropas planchadas, y miraban a los
pichis con lástima”.
Quinto
capítulo, ya se anticipa todo el tiempo que “Se
acerca el final”, y se cuenta la rendición de los soldados argentinos ante
los británicos como uno de los espectáculos más tristes de la guerra.
Anunciando
el final, “La radio argentina seguía diciendo
que se había ganado la guerra. Y en la británica, entre los chamamés y zambas
que pasaban, hacían la lista de entregados, que ya no los conocían por nombres –también
en eso se veía acercarse el final- sino por número de regimientos.”
Sexto capítulo,
ya llevo dos horas aproximadamente leyendo, y vuelvo a sentir al historia, como
algo propio y no ajeno, como si fueran de mi familia quienes están en la
historia, al leer por ejemplo, “No hubo
pichi al que no se oyera alguna vez decir “mamá” o “mamita” ” (aunque
aclara que muchas veces no se refiere a las madres, pero igual, me causo algo
el saber eso).
En el séptimo
capítulo, habla de una mujer que no sabía nada de la guerra, y pedía entre
otras cosas, que le hablara del frio, de los muertos, y de los bombardeos. De
cierta manera lo relacione con las personas en sí que no saben de la guerra, o
que no estuvieron y quieren saber, quizás detalles o cosas que simplemente hay
que saberlas y no preguntar detalladamente, ya que son imágenes muy fuertes para los que sí lo vivieron.
Octavo y
último capítulo, ya pasando el mediodía del día viernes, me llamó la atención
la palabra “Eyectar”, así que la busque en el diccionario y encontré:
Expulsar o catapultar, especialmente
los asientos del piloto y copiloto de aviones militares o de los prototipos de
aviones muy rápidos.
El final es triste, trágico como la historia en sí, pero inesperado. Sinceramente me parecía obvia la idea de que mueran heridos, pero cuando, leí ese final, me pareció irónico, paradójico, saber que estuvieron "cuidándose" en la guerra para terminar muriendo, por el tiraje de la estufa que estaba tapado, por los cables de las antenas de los británicos. No es casualidad que sea "Él" quien se haya salvado de estar en la pichicera en el momento de la muerte, "Él" es el único que se salvo de los pichi.
El final es triste, trágico como la historia en sí, pero inesperado. Sinceramente me parecía obvia la idea de que mueran heridos, pero cuando, leí ese final, me pareció irónico, paradójico, saber que estuvieron "cuidándose" en la guerra para terminar muriendo, por el tiraje de la estufa que estaba tapado, por los cables de las antenas de los británicos. No es casualidad que sea "Él" quien se haya salvado de estar en la pichicera en el momento de la muerte, "Él" es el único que se salvo de los pichi.
Final
“Los
Pichiciegos” me sorprendió, ya que, en cierta parte me lo esperaba pero no de
esa manera. Es un libro muy impactante, con imágenes muy fuertes, pero que
recomiendo sin dudas para poder intentar sentir literariamente, a través de las palabras,lo que sintieron y sufrieron los soldados
argentinos en la guerra.
Jimena:
ResponderEliminarGracias por tu calidez y tu persistencia generosa en el trabajo. Fue un placer conocerte y compartir.
"Que tus bolsillos estén pesados y tu corazón ligero,
Que la buena suerte te persiga, cada día y cada noche.
Muros contra el viento, un techo para la lluvia, bebidas junto a la fogata,
Risas para consolarte y aquellos a quienes amas cerca de ti,
¡Y todo lo que tu corazón desee!"
(Oración irlandesa)
Graciela