Estaba yendo a trabajar a la fundición aquel
lunes 24 de abril como todos los días, pero algo diferente iba a pasar, yo no
lo sabía pero desde aquel día iba a cambiar mi vida.
Mientras esperaba a que llegue el tren
aparecieron varios militares armados y por sus uniformes me di cuenta que no
eran armenios. Nos agarraron a todos y nos llevaron al centro del pueblo. En aquel
lugar estaba la plaza con el mástil y la bandera armenia. El pasto era verde
pero estaba un poco seco por el poco mantenimiento por parte de las autoridades
del pueblo, pero aun así la plaza estaba muy parecida a como era siempre
Allí estaba todo la población, estaba mi familia
y mis conocidos reunidos en un rincón hablando. Al acercarme note que estaban
llorando, pero eso no fue lo más preocupante porque al acercarme me di cuenta
que mi padre estaba tirado en el piso con una mancha de sangre en la cabeza. Luego
de que cesaran los llantos mi hermano se percató que estaba parado al lado suyo
y me conto que mi padre intento proteger a la familia para que se escapen pero
los militares le pegaron en la cabeza con la culata del rifle, con tal fuerza
que le hizo una herida que le daño el cerebro. Sentía que la cabeza me daba
vueltas, esto era demasiado para mí, primero aquellos militares que nadie sabía
de donde eran, ahora el fallecimiento de mi padre por culpa de los mismos
militares. Me desmalle en ese mismo instante, mi cerebro ya no podía procesar más
información.
Al despertarme me di
cuenta que mi hermano me estaba llevando en su espalda y que estábamos caminando por el desierto. Éramos muchas
personas, demasiadas personas, podría llegar a pensar que alcanzaba la cifra de
10.000 personas. Estábamos las 24 horas rodeados de soldados solo había tiempo
para descansar y no nos alimentaban. Era el segundo día y me agoté de tal forma
que tuve que frenar un minuto, pero sin que me dé cuenta me separé del grupo. Mire
para todas las direcciones, pero no los encontré y un militar al percatarse de
que yo estaba quieto me empezó a golpear y empujar para que me mueva. Una chica
se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y me ayudo a reincorporarme y a
moverme. Ella era alta y de pelo lacio y largo de un color negro, sus ojos eran
también de un color negro penetrante. Ella se percató de cómo me quede mirándola
pero antes de que diga algo le pregunte como se llamaba, a lo que respondió con
el nombre de Aaliyah.
Nunca nos
habíamos cruzado ya que vivía en otra ciudad. No era una chica tímida tenía
entre 16 y 18 años y yo creo que gracias a nuestras charlas fue lo que nos permitió
a nosotros no morirnos de hambre.
Ese mismo
día a la noche nos frenamos para dormir mientras los soldados comían, pero Aaliyah
se reusó a dormir y me dijo que este atento. Unos minutos después uno de los
militares se acercó a nosotros para ver si estábamos dormidos y Aaliyah le pego
una patada en los pies, y mientras este estaba tirado en el piso ella le golpeó
la cabeza para dejarlo inconsciente. Agarramos todas las pertenencias del
soldado y su uniforme, el cual me puse yo, y tomamos viaje hacia el sur, con
esperanzas de llegar a algún país.
Luego
de caminar unas horas nos pusimos a revisar las pertenencias del soldado, y
encontramos un poco de comida y una cantimplora tomamos un poco de agua y
comimos un trozo de pan cada uno. Luego seguimos caminando hacia la misma dirección,
hacia el sur pero decidimos no hablar más para guardar energías, aunque no
paraba de mirarla. Creo que fue en el momento en el que me enamore
perdidamente. Luego de descansar un par de horas seguimos el camino pero ya era
imposible no hablar, ya que sino nos moriríamos de aburrimiento más que de
hambre.
Ella me
conto sobre su vida en el pueblo. Que no trabajaba, ya que sus padres tenían plata
y la podían mantener y salía a pasear con sus amigas, pero que el resto del
tiempo se sentía sola y aburrida. También me di cuenta que ella más que como
una tragedia se lo tomaba como una aventura ya que estaba caminando por un
desierto con una persona que conoció hace un par de horas pero que ya era su
amigo. Yo le conté que trabajaba en una fábrica en la que se funden metales y
que tenía que mantener a mi familia ya que mi padre se fracturo hace poco
tiempo en el trabajo y por eso tenía que estar en cama. También le conté que mi
padre murió intentando que escapara mi familia.
Apenas
termine de contar mi historia ella se puso a llorar porque se percató que se separó
de sus padres y que capas nunca los volvería a ver, y yo en un acto de
virilidad la tome por los brazos y la abracé con todas mis fuerzas, ella levanto
la cabeza llena de lágrimas y se arrimó hacia mi cara en busca de un beso, al
cual correspondí con mis labios.
Luego de
ese momento en el cual demostramos nuestro amor sin las palabras seguimos
caminando por un día y medio y llegamos a una ciudad que supusimos que era de Nakhichevan.
En esta ciudad conseguimos trabajo y nos asentamos en esa ciudad. Luego de
conseguir una casa empezamos a comprar todas las cosas útiles que necesitábamos,
como utensilios para la cocina y toallas pero mientras caminábamos por la calle
vimos en un periódico algo que nos impactó y nos hizo entender la razón por la
cual los habían llevado por aquel desierto. Nosotros participamos en el
genocidio de Armenia.
Agustín: hay mucho trabajo pendiente para hacer un cuento con esta idea, ya que son muchos los errores tanto en el discurso como en la historia. El argumento resulta inverosímil, ya que los hechos suceden y se resuelven con una facilidad que resulta ingenua para el contexto en que se ubican. Las reacciones de los personajes ("ella más que como una tragedia se lo tomaba como una aventura", por ejemplo) y la duración temporal confunden. Además, no lográs dar con el tono narrativo y predomina el decir.
ResponderEliminarLos personajes no participan del genocidio sino que sobreviven a él. Participar implica involucrarse en la matanza.
Aún no te decidís a escribir con pretensiones literarias, trabajo que sigue pendiente y debés intentar antes de que finalice el año.
Rever uso de vocabulario, tiempos verbales, repeticiones, preposiciones, puntuación, ortografía.
Nota: 4